REFLEXION

         ALGUNAS REFLEXIONES ACERCA DEL PERFIL DEL DISEÑADOR DE INTERIORES

El diseñador de interiores es un profesional dedicado a la creación de propuestas de ambientación relativas a toda actividad, función o condición del hábitat que requiera del aporte de una serie de significados, valores, símbolos o climas específicos.  Toda vez que la expresión cabal de un cierto carácter del hábitat se requiera, será el diseñador de interiores el profesional adecuado y enteramente idóneo para consolidarla.    Su campo de acción abarca, entonces, no sólo los interiores de la arquitectura, –y con ello el completamiento del diseño interior y paisajístico de la obra- sino también el diseño de ceremonias, eventos, presentaciones, exhibiciones y todo otro compromiso del diseño, el arte y la forma en general, con una determinada funcionalidad.   En este orden de cosas, la morfología, las artes visuales, la estilística y la proxémica son sus herramientas habituales, y un acabado conocimiento del mundo de las artes decorativas, los materiales de terminación, los colores y la luz sus recursos concretos.   Esos recursos y herramientas armónicamente combinados e interactuantes consolidan el clima formal de la ambientación, portadora de una carga cultural, simbólica y axiológica que la sociedad requiere cada día más enfáticamente.

El diseño es un valor agregado a todo lo que se consume, incluida lógicamente en este aserto la comunicación, de modo que en este contexto, la existencia de un especialista en la materia expresa más un dato de la realidad que un desideratum caprichoso o el mero producto de un gabinete experimental que especulara con supuestos nichos inexplorados del mercado educativo.   Por estas razones y desde la convicción de su inexcusable condición de comunicador de valores sociales, culturales, históricos, artísticos y tecnológicos, el diseñador de interiores está llamado a constituirse en uno de los pilares fundamentales de la investigación y el desarrollo de la forma adquirida por el hábitat humano.

                                                                                        María Haydeé Valerga